Como parte de una nueva movida conjunta de Argentina Wine Bloggers, cada uno de los miembros nos propusimos narrar nuestros comienzos en el mundo del vino, esos primeros acercamientos o experiencias que fueron prendiendo la chispa dentro nuestro, para que la pasión por el vino comenzara a tomar forma. Pasen y lean Mi Primera Vez.
En mi caso puntual, no tuve presencia del vino en la mesa familiar, ya que mis padres no eran consumidores asiduos de vino, solo se tomaba vino en alguna salida ocasional a comer afuera con el resto de la familia.
Mis primeras experiencias “informales” con el vino se remontan a mis tiempos de colegio secundario, época en la que visitamos seguido la casa quinta de una compañera de clase, y solíamos atacar la despensa del dueño de casa. Ahí si había vino cada vez que se sentaban a la mesa, y nosotros que nos creíamos muy vivos, lográbamos robar de vez en cuando alguna botella de Carcassone o Valmont, siempre tinto, y nos escondíamos por algún lugar del gran parque a compartirla.

Unos años más tarde, por el año 2002, tuve mi primera experiencia formal con el vino, gracias a un amigo con quien todavía hoy comparto buena comida y bebida, Agustín Orso. Fue él quien me invitó a lo que sería mi primera degustación.
Asistimos al Museo Renault a probar unos vinos nuevos de Doña Paula, la bodega se encontraba en pleno posicionamiento comercial de la línea Los Cardos, lanzada al mercado pocos meses antes. Ese día fue la primera vez que recuerdo haberme detenido en los aromas que contenía la copa, por supuesto siguiendo las palabras de quien guiaba la cata en esa oportunidad.
Mas de una vez recuerdo lo sorprendido que me fui ese día con los aromas que salieron de esa primera copa de Sauvignon Blanc, algo que en el camino de regreso a casa con Agustín, comentamos varias veces.
Ahí fue cuando comenzamos con Agustín a probar algunos vinos. Así es como recuerdo un verano entero en su departamento tratando de matar el calor agobiante ya sea durante la tarde o la noche, disfrutando Humberto Canale Blush con hielo y algunas veces el Santa Julia Chenin Dulce bien helado, y diversos tintos económicos que comprábamos para probar.
Recuerdo también la primera vez que intenté sorprender a mi grupo de amigos con un vino. Grupo sumamente cervecero por esas épocas, donde recién habíamos terminado la secundaria.

Así fue como una noche luego de salir del trabajo, ya finalizando el año 2002, llegué al punto de reunión de esa noche (la casa de Juan Pablo) con un botellón de 3 litros de San Felipe 12 Uvas para acompañar lo que saldría de la parrilla. No había en esas épocas en nuestras casas un sacacorchos que pudiera lidiar con semejante botella, e inexpertos nosotros, por supuesto terminamos con el corcho dentro de la botella, y colando el vino “caseramente”.
En 2007 tuve la oportunidad de pisar Mendoza por primera vez, acompañando a mi mujer en un viaje de trabajo organizado por ella para un grupo de jerárquicos de un conocido laboratorio. El itinerario incluía visita a Zuccardi y otros dos restaurantes ubicados en distintas bodegas. Me ganó la ansiedad, y el mismo día que llegamos, me fui solo a conocer La Rural y su Museo del Vino.

Luego con el grupo completo, recuerdo un almuerzo realmente fuera de serie en la Casa del Visitante en Zuccardi, y una cena en el restaurante de Francis Mallman dentro de Escorihuela Gascón, el famoso 1884. Esa noche estuve por primera vez en la cava de un restaurante.
Ya algo más cerca en el tiempo, promediando el año 2011, me obsequiaron la inscripción a lo que fue en su momento el Club de Vinos de El Querandí. Ahí participé un año y medio de diversas catas, y fue mi primer acercamiento oficial a las palabras de profesionales de la industria que guiaban esos encuentros. Ahí pude conocer a las primeras bodegas que comenzaría a recordar, como Proemio, Budeguer, Intimayu, Don Diego y otras tantas.

El resto es historia conocida y reflejada en el blog desde 2014, mis primeras visitas a Vinoteca Mr. Wines, la posibilidad de estar en diversos eventos y ferias del vino, y los viajes compartidos con gente amiga de “La Cueva” y otros miembros de AWB. Hoy, mirando un poco hacía atrás y comparando con el presente, veo a ese mismo grupo de amigos con quienes compartí ese botellón de San Felipe hace 15 años, y a Agustín quien me invitó a mi primera degustación, todos siguen presentes y son los mismos que hoy se animan a probar cada botella que descorcho en casa cuando nos juntamos, y escuchan mis explicaciones sobre cepas, zonas, enólogos y todo eso que nos gusta escuchar, aprender y transmitir a quienes amamos el vino.
Esa chispa de hace 15 años ya se transformó hace tiempo en el fuego que alimenta esta pasión por seguir aprendiendo, probando y por sobre todas las cosas, por compartir con cada persona que tengo cerca este maravilloso mundo del vino.
Mi Primera Vez por los demás miembros de AWB.
Salú!
Diego Pernas – @ARGysusVinos.
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