Días atrás tuve la oportunidad de estar presente en la Degustación Anual de Bodegas López, la cual fue realizada en su centro de distribución ubicado en Palermo.
Entre cajas y cajas de vinos blancos, tintos y espumosos, se dispusieron varias mesas de servicio para poder hacer una cata completa de todas las etiquetas de la bodega, comenzando por los clásicos como Vasco Viejo, Traful, López y Xero, pasando por los Rincón Famoso, Chateau Vieux y Montchenot, sin olvidar las diversas líneas de espumosos.
Mi puntapié inicial fue con Rincón Famoso Rosado, cosecha 2014, un rosado fresco y seco, de uvas Malbec provenientes de Lujan de Cuyo. Su tonalidad y aroma dan aviso cierto sobre lo que encontraremos en boca. Algún desprevenido catando a ciegas podría incluirlo en una tanda de vinos de valor algo superior a su precio de mercado. Buen producto.

En la línea Casona López, me incliné a probar los que aún no tenía degustados, en tintos el Syrah y el Merlot, correctos y con buena tipicidad, pero el que más me llamó la atención en esta línea fue la opción blanca, el Semillón. Se presenta con su característico aroma bien marcado, invadiendo la copa, y convincente en boca.
Luego di paso a otras dos etiquetas que nunca había probado, el Montchenot Joven, que es exactamente el mismo vino que suele salir al mercado luego de 10 años de añejamiento, en este caso con solo 5 años de guarda. Me encontré con un tinto mucho más potente, diría que le calza bien el adjetivo de “masticable”. Interesante, pero sin lugar a dudas me quedo con la versión original de 10 años.

El otro vino fue un blanco, el cual no había probado porque suelo ser algo reticente a los dulces. En este caso en la línea López la bodega presenta una opción dulce elaborada con uvas varias, Torrontés Riojano, Moscatel y Viognier, Lo bueno es que no era tan dulce como esperaba, lo que me invitó a una segunda inclinación de la copa. De color amarillo pálido y sabor intenso, una buena opción para quien gusta acompañar una comida con vinos de niveles altos de azúcar.

En lo referido a espumosos, pude degustar dos ejemplares de la línea Montchenot, el Extra Brut (100% chardonnay) y el Brut Nature. La diferencia entre ambos, más allá del nivel de azúcar, es que la burbuja del Brut Nature es más ligera, y no invade tanto la boca.

En el Salón pude degustar luego los íconos de la bodega, como por ejemplo el Federico López Tinto Gran Reserva, un corte 80% cabernet sauvignon y 20% merlot. Sus uvas provienen de viñedos plantados en 1940 en la zona de Maipú. Una perlita en honor a Don Federico, firmado por sus hijos, nietos y bisnietos.
Luego, la serie Montchenot Gran Reserva, compuesta por los ejemplares 15 años (cosecha 2000), 20 años (cosecha 1995), el 115 años (cosecha 1988) y el 100 años (en conmemoración al Centenario de la bodega, cosecha 1975). Todos realmente muy buenos, totalmente vivos, pero sin dudas el que más me sorprendió fue el 115 años, con mucha armonía, sedoso e inclusive con rosca de sobra para unos años más.

La degustación anual de Bodegas Lopez ha sido realmente una gran experiencia, contando con el gran abanico de etiquetas que presenta López, con vinos muy diversos, muchos conocidos y varios nuevos para mí. Las décadas de experiencia, el paso de generación en generación y el amor por la industria del vino siguen logrando que en cualquier punto del país, siempre alguien tenga un López listo para descorchar en la mesa.
Salú! 🍷
Diego Pernas – @ARGysusVinos.
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